martes, 11 de diciembre de 2012

Mensaje de Mons. Marino a los turistas

Con motivo del inicio de la temporada 2012-2013, Mons. Marino, obispo de Mar del Plata, hace llegar su saludo a los turistas.


Que nuestro corazón descanse en Dios


Queridos hermanos turistas:

Como Obispo de Mar del Plata, deseo darles la bienvenida a nuestra diócesis, adonde han venido para pasar unos días de descanso.

Es bien sabido que no sólo la ciudad de Mar del Plata, sino varias otras ciudades de nuestra costa o de nuestro interior, ejercen un especial atractivo como lugar de vacaciones y de sana recreación en familia o entre amigos.

El contacto con la naturaleza en sus distintas formas, la intensificación de los vínculos familiares, las charlas distendidas, las reuniones informales que fomentan la amistad, la ausencia de obligaciones laborales o de compromisos urgentes, el mar y otros paisajes, permiten una recuperación física y anímica después de meses de trabajo y esfuerzo que, a veces, constituyen una rutina exigente y agotadora.

Pero el merecido descanso y nuestras bienhechoras vacaciones quedarían sin sentido completo si nos olvidáramos de Dios. En Él, en efecto, está la plenitud de la vida y la fuente de energías reparadoras para nuestro espíritu fatigado por los problemas cotidianos de la vida y las oscuridades que siempre parecen oponerse a nuestra ansia de felicidad.

En cuanto seres humanos, llevamos en nuestro interior un deseo irrenunciable, que nos acompaña, aunque no siempre tomemos conciencia explícita de él. Deseamos una vida mejor, en la cual pudiéramos satisfacer nuestras legítimas aspiraciones, pero desde temprano en la vida descubrimos que nuestros logros son inestables y efímeros, siempre amenazados por el disgusto. Anhelamos plenitud, pero nos enfrentamos continuamente con el límite que nos pone la realidad. ¿Dónde encontrar entonces una mayor calidad de vida y satisfacción plena de nuestros anhelos?

La fuente de la alegría cristiana es la certeza de ser amado por Dios, de ser amado personalmente por nuestro Creador… con un amor apasionado y fiel, un amor que es mayor que nuestra infidelidad y nuestros pecados, con un amor que perdona” (Benedicto XVI, 1-VI-2006). Estas palabras de nuestro Papa, son como el eco de otras pronunciadas por uno de los más grandes genios del pensamiento que produjo la fe cristiana, el gran obispo San Agustín de Hipona: “Nos hiciste para ti, Señor, y nuestro corazón está inquieto hasta que descansa en ti” (Confesiones, I,1).

Dios es nuestro descanso. Dios revelado en Jesucristo, quien nos infunde la gracia, la fuerza y la paz del Espíritu Santo para renovar y rejuvenecer nuestro espíritu. Necesitamos recuperar nuestro contacto con Él si lo hemos perdido, acrecentarlo si lo hemos dejado enfriar.

Durante estos meses de verano, decenas de sacerdotes venidos de otras diócesis nos acompañan en nuestras iglesias, capillas y santuarios y se suman a los que trabajan establemente en la diócesis, para brindar un servicio espiritual conforme a los mayores requerimientos.

Estamos en el Año de la Fe. Los días de descanso pueden ser una excelente ocasión para alimentar la luz que ella nos trae. La confesión sacramental de nuestros pecados puede devolvernos la paz perdida. La asistencia a la Santa Misa dominical o incluso cotidiana, nos aportará la fuerza reconstituyente que necesitamos, al alimentar nuestro espíritu con la comunión del Cuerpo y la Sangre de Cristo. Las palabras del Señor, grabadas en nuestra memoria, podrán ser mejor asimiladas si nos preocupamos por hacernos tiempo para rezar.

A quienes se encuentren en Mar del Plata, los días lunes, a las 20:30 h., al término de la Misa vespertina, los espero en la iglesia Catedral de San Pedro y Santa Cecilia, para compartir con ustedes una reflexión que alimente la fe. También para saludarlos y bendecirlos personalmente.


En espera de encontrarlos pronto, los saludo deseándoles la Paz de Cristo y les dejo mi cordial bendición en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.


Mar del Plata, 8 de diciembre de 2012


+ Antonio Marino
Obispo de Mar del Plata



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